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Los radiadores eléctricos son emisores térmicos autónomos de calefacción eléctrica que, como su propio nombre indica, funcionan con electricidad. Suelen usarse como puntos de apoyo, para reforzar la calefacción central. Los radiadores eléctricos son muy útiles para aumentar la temperatura rápidamente, aunque en piezas pequeñas como, por ejemplo, un radiador de aceite para el cuarto de baño. Los radiadores eléctricos más perfeccionados también pueden calentar de forma eficaz una sala o una habitación.
Existen diferentes tipos de radiadores eléctricos: radiador eléctrico de inercia, vertical, horizontal, convector, digital, de aluminio, de acero, de hierro fundido… ¿cómo elegir el aparato más adecuado entre tantos modelos y precios tan diferentes? ¿Qué marca elegir? Joule, Haverland, Rowenta, Orbegozo, AEG, Bornholm… ¡Las opciones son casi ilimitadas!
Hasta hace poco tiempo, los radiadores eléctricos consumían mucha electricidad y se consideraban unos emisores de calor poco eficaces: daban un calor poco agradable y un confort térmico bastante mediocre. Y todo ello unido a una inercia muy débil ya que una vez apagado, el radiador no emitía ningún tipo de calor. Este tipo de calefacción no era de ningún modo ni rentable ni económico.
Posteriormente, los radiadores eléctricos han mejorado mucho. Desde hace unas décadas, han salido al mercado otros modelos más económicos, que proporcionan un mejor confort y una utilización más ventajosa. Los últimos modelos de radiadores eléctricos son una buena prueba de ello: estos nuevos aparatos utilizan tecnología que mejora enormemente su rendimiento, como en el caso de los radiadores de inercia. Sin embargo, el consumo de los emisores térmicos de baja gama sigue siendo elevado y solo producen un calor de mala calidad. Para obtener un mejor confort, sensación de calor agradable y calefacción eficiente, lo mejor es comprar modelos de radiadores eléctricos de gama media o de gama alta.
Entre las funcionalidades y características específicas de los radiadores están las siguientes: inercia, núcleo calefactor simple o doble, pantalla digital, calefacción por placas radiantes o calefacción por convección.
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El radiador eléctrico más clásico es el convector eléctrico, que sin embargo no es el tipo de emisor térmico más ventajoso ya que tiene una inercia muy débil. El radiador eléctrico de aire también está muy extendido, aunque consume mucho y no da un calor muy confortable. El radiador eléctrico radiante ofrece más ventajas ya que utiliza a la vez la convección y también la radiación infrarroja para ofrecer un excelente nivel de calor y un gran confort. El radiador eléctrico de aceite para el cuarto de baño o toallero eléctrico, es un emisor de calor perfecto para el cuarto de baño ya que calienta rápidamente superficies de pequeño tamaño como los cuartos de baño. También está el radiador eléctrico de inercia, uno de los más interesantes ya que consume menos que los otros radiadores, y además calienta mejor y durante más tiempo a buena potencia. Por último, tenemos el suelo calefactado eléctrico, que ofrece un gran confort, pero tiene un consumo muy elevado. Por tanto, cada tipo de radiador eléctrico tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
El calor de un radiador eléctrico solo calienta muy poco (o incluso nada) las paredes, objetos y cuerpos que se encuentren en el interior de la estancia. Solo el aire que esté en su interior se calentará relativamente. Por tanto, el aislamiento es primordial ya que, si instalamos un radiador eléctrico en una pieza mal aislada, el calor producido se escapará de inmediato (y su dinero también).
Para los radiadores eléctricos, que están dotados de una inercia muy débil, resulta esencial que las estancias tengan un buen aislamiento ya que eso determinará en buena parte la velocidad a la que el calor llenará la estancia y después se escapará una vez apagado el aparato. En lugar de optar por un radiador eléctrico muy caro para una estancia muy mal aislada, vale más hacer el aislamiento térmico en primer lugar y después comprar un radiador más económico.
El radiador eléctrico convector y el radiador de paneles radiantes ofrecen un confort muy moderado e incluso malo. Pero tienen la ventaja de ser económicos (entre 30 y 300 euros) y de calentar rápidamente la estancia.
Existe una excepción: el radiador eléctrico de doble núcleo: calienta muy rápidamente la estancia y ofrece un calor suave y un cierto confort térmico. Sin embargo, su precio es importante ya que suelen costar unos 500 € de media.
Por tanto, el quid de la cuestión será el tipo de estancia que hay que calentar: por ejemplo, en el cuarto de baño, no merece la pena conservar el calor durante horas, mientras que, para el salón, querremos lo contrario.
Muchos modelos de radiadores eléctricos ofrecen la posibilidad de programar, regular y ajustar la producción de calor. Esto confiere a este tipo de calefacción un valor añadido incluso aunque a veces esta forma de optimización apenas reduzca su gran consumo energético.
Si solemos estar a menudo ausentes de la vivienda, es preferible reducir el consumo de electricidad programando el radiador para que se ponga a funcionar un poco antes de nuestra vuelta a casa. Así encontraremos la casa ambientada, no tendremos que esperar a que la casa se caliente y habremos evitado el desperdicio de energía.
El nivel de tecnología dependerá del modelo de radiador eléctrico. Algunos pueden programarse con antelación de forma bastante rudimentaria mientras que los modelos “smart” están equipados con pantallas lED y también pueden ofrecer una opción de “ecocontrol”. Por lo general, mientras más elevado sea el precio del radiador, más inteligente será ya que estará equipado con tecnología específica y de alta eficiencia energética para conseguir un mejor nivel de calefacción.
Podemos instalar fácilmente un radiador eléctrico vertical o compacto, en cualquier estancia de la casa por pequeña que sea. Estos radiadores permiten obtener un buen nivel de calor en espacios pequeños.
Los radiadores eléctricos horizontales suelen ocupar más espacio que los verticales. En cualquier caso, debemos elegir siempre el tipo de radiador que mejor se adapte a nuestras necesidades y a la disposición de la pieza a calentar.
Cómo resulta evidente, optar por comprar el radiador eléctrico más económico no siempre es una buena inversión. El consumo de un radiador eléctrico de baja gama comparado con el confort térmico que ofrece, es bastante pobre. Para encontrar un radiador eléctrico y económico para un largo tiempo, no debemos, ni mucho menos, fijarnos tan solo en su precio.
Es muy importante comparar el precio del aparato con el nivel de confort que ofrece. En este sentido, el radiador de paneles radiantes es una buena opción ya que cuenta con una serie de funcionalidades de programación que permiten optimizar el consumo eléctrico y, por tanto, amortizar su precio de compra.
Finalmente, para elegir bien el radiador eléctrico también hay que tener en cuenta todos los elementos que hemos mencionado anteriormente. Por ejemplo, el espacio para instalar el aparato (anchura, altura, profundidad) o el presupuesto. ¡Hay un radiador eléctrico para cada precio y para cada necesidad!
Elegir bien el radiador eléctrico resulta esencial para disfrutar de un calor adaptado y de un buen nivel de confort, controlando el consumo de energía y el importe de la factura. Una vez que tengamos claras nuestras necesidades, solo falta elegir el modelo y la marca de radiador que más nos convenga.