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Cuando hablamos del tiempo, hablamos mucho sobre la temperatura, los niveles de humedad y las mediciones de la intensidad de la lluvia. Pero hay otro dato importante que condiciona las previsiones meteorológicas y que permite anticipar tanto las variaciones meteorológicas como la fuerza del viento. Se trata de la presión atmosférica. La medición de esta presión y el mecanismo por el cual afecta al clima son factores complejos. Veamos aquí algunos elementos para entender qué es la presión atmosférica, cómo medirla y por qué su nivel es importante en meteorología.
En ciencias, la presión atmosférica es el peso que ejerce el aire en la atmósfera de la Tierra. Cuando hablamos de presión atmosférica, estamos hablando de la presión ejercida en un punto dado por la columna de aire desde el suelo en ese punto hasta la parte superior de la atmósfera.
Por eso, cuanto mayor sea la altitud, menor será la presión: dado que la cantidad de aire es menor, la presión atmosférica será menor. A nivel del mar, la presión media es de 1013,25 hPa, y se considera que la presión atmosférica disminuye de media en 1 hPa por cada 8 metros de altura. Por tanto, cuando se habla de la presión atmosférica, la altitud siempre debe ser tenida en cuenta.
La presión atmosférica se mide en pascales (Pa), o más exactamente en hectopascales (hPa), el equivalente a 100 pascales o 1 milibar, la medida utilizada antiguamente. Para medirla, utilizamos un instrumento denominado barómetro. Los primeros dispositivos datan de 1644 y de los experimentos de Evangelista Torricelli, quien desarrolló el barómetro de mercurio.
Hoy en día existen muchos tipos de barómetros para medir la presión atmosférica. El barómetro de mercurio se ha vuelto poco frecuente hoy en día debido a la presencia de mercurio, que puede ser peligroso. Por su parte, el barómetro aneroide funciona con una cápsula que se deforma según la presión atmosférica. También hay barómetros digitales con un dial y barógrafos que transponen las variaciones de presión en papel milimetrado o en una pantalla (para la versión digital).
Dado que la altitud influye en la presión atmosférica medida, es importante convertir los datos al nivel del mar para poder utilizarlos y compararlos entre sí. Por tanto, los barómetros se calibran para indicar la presión a nivel del mar, es decir, el valor que se mediría si el dispositivo estuviera a altitud cero. Esto permite analizar la presión independientemente de la altitud a la que se registra.
Para medir la presión atmosférica también podemos referirnos a una estación meteorológica. Equipada con un sensor de presión, puede indicar el nivel de presión convertido a altitud cero. Estos datos serán útiles tanto para los profesionales de la meteorología como para los aficionados para analizar las variaciones de presión a lo largo del tiempo y hacer pronósticos meteorológicos.
En el campo de la meteorología es importante conocer la presión atmosférica y sus variaciones. Por esa razón, las estaciones meteorológicas están equipadas con un barómetro y miden la presión además de medir la temperatura exterior con un termómetro, la humedad relativa y absoluta con un higrómetro y la velocidad del viento con un anemómetro. Estos tres sensores son esenciales para elaborar pronósticos meteorológicos completos y fiables.
La observación de la presión es un indicador importante: en las zonas templadas, la presión se sitúa por término medio entre 950 hPa y 1050 hPa, pero puede cambiar muy rápidamente. En general, una rápida disminución de la presión atmosférica indica mal tiempo (precipitaciones y viento), mientras que una presión alta indica un tiempo estable y generalmente agradable con cielos despejados. Cuando la presión es baja, inferior a 1010 hPa, se habla de depresión o condiciones de baja presión. Sin embargo, cuando la presión supera los 1020 hPa, se habla de anticiclón o de condiciones anticiclónicas.
Así, los profesionales de la meteorología hacen un seguimiento de cerca tanto de las variaciones de temperatura como de las variaciones de presión atmosférica. La medición de la presión no solo proporciona información sobre la tendencia general a corto plazo, la medición de la presión a mayor escala también permite elaborar mapas de la presión atmosférica. Este mapa, también denominado mapa isobárico o mapa de frentes, representa líneas de igual presión que en meteorología reciben el nombre de «isobaras». Estos mapas permiten a los meteorólogos seguir los focos activos (anticiclones o depresiones).
Sabiendo que las diferencias de presión entre dos puntos (gradiente de presión horizontal) son responsables del movimiento del aire las capas altas de la atmósfera, los mapas de presión pueden utilizarse para determinar la dirección y la velocidad del viento. En resumen, digamos que el viento es la consecuencia del desplazamiento del aire de una zona de alta presión a una zona de baja presión. Cuanto más cerca estén las isobaras en el mapa, mayor será la velocidad del viento.
Identificar áreas de presión similar en un mapa también resaltará los frentes, es decir, las áreas donde las masas de aire con diferentes características (ya sea en términos de presión, temperatura o humedad) se enfrentan entre sí. Así podemos distinguir frentes cálidos, frentes fríos, frentes ocluidos, frentes estacionarios, así como líneas de inestabilidad. Todos estos datos permitirán elaborar previsiones meteorológicas a medio plazo.
Así pues, conocer la presión atmosférica es esencial para predecir el tiempo y sus variaciones futuras. Es un buen complemento para la medición de la temperatura ambiente y la humedad. De esta manera, la información local se complementa con más datos globales que permiten comprender las variaciones meteorológicas y anticipar el tiempo que va a hacer. Aparte de los meteorólogos, muchas personas tienen interés en aprender sobre la presión atmosférica, consultar mapas de presión o una estación meteorológica. Los navegantes o los aficionados a la aeronáutica, por ejemplo, suelen estar equipados para obtener previsiones fiables, ya que las condiciones meteorológicas determinan en gran medida las condiciones en las que llevan a cabo sus actividades.