Netatmo y Somfy anuncian la compatibilidad del Termostato y de las Válvulas Termostáticas inteligentes con la Box conectada TaHoma
Algunas precisiones sobre el sonido, el ruido y sus riesgos
En primer lugar, hay que tener en cuenta que mientras el volumen de un ruido permanezca entre 85 y 120 decibeles durante un breve tiempo de exposición, el oído no corre riesgo de sufrir daños.
Aunque este nivel de ruido es poco habitual y casi imposible de lograr en el hogar, es importante recordar que la exposición a un alto nivel sonoro continuo es dañina para el oído. La intensidad de la onda sonora que provoca este nivel de ruido puede causar una pérdida auditiva parcial o total.
Ver la televisión con el sonido demasiado alto, tocar un instrumento musical con regularidad a niveles de sonido altos, la intensidad del tono del timbre, escuchar música con el sonido al máximo, vivir cerca de un aeropuerto, soportar obras de construcción delante de casa durante períodos prolongados… el ruido puede convertirse en una gran molestia en el hogar y provenir de fuentes muy diversas.
Escuchar con frecuencia música clásica con equipos de alta potencia y a un volumen alto durante una exposición prolongada es tan dañino como cualquier otro ruido. Esto también ocurre si escuchamos esta música a través de auriculares o audífonos.
Partamos de un principio simple: "El sonido se convierte en ruido cuando es desagradable o tóxico para los oídos". Es decir, que puede ser peligroso si nos provoca una sensación negativa al escucharlo a partir de un umbral de audición de una determinada intensidad. Esta regla surge de una campaña de prevención.
De hecho, el ruido no se define sobre la base de particularidades físicas. Su peligrosidad se evalúa según criterios perceptivos y biológicos.
Sin embargo, sí existe una forma de medir la intensidad del sonido, que se establece en decibelios y que permite analizarlo para posteriormente poderlo rectificar.
En pocas palabras, un ruido se vuelve desagradable cuando el nivel de presión sonora supera los 75 decibelios. Este mismo ruido se vuelve literalmente dañino para el oído humano a partir de 85 decibelios. Por encima de 110 decibelios, incluso una exposición limitada a esta intensidad sonora puede causar pérdida de audición.
El problema es que, en la casa, habitualmente se superan estos umbrales de potencia sonora. Hay que tratar de reducir el ruido de los electrodomésticos, la ventilación, el aire acondicionado o la calle. De hecho, este nivel de presión sonora para el oído puede degradar la calidad de vida y el sueño de los ocupantes de la vivienda.
Es probable que no lo sepa, pero la exposición a un alto nivel sonoro continuo es equivalente, con el tiempo, a la aparición de fatiga, irritación o incluso depresión, especialmente si el ruido hace difícil dormir bien.
Hay que tener en cuenta que mientras el nivel sonoro no supere los 20 decibelios, podremos vivir y dormir bien ya que el ruido es casi inaudible. Por lo tanto, trate de que la intensidad del sonido no supere los 40 decibelios para que el ruido ambiental no resulte molesto. Por encima de los 60 decibelios, la calidad de vida y el sueño disminuirán considerablemente. Por eso es importante reaccionar.
De ahí la importancia de elegir el equipo adecuado: ¡muchos aires acondicionados superan un nivel de intensidad de sonido de 40 decibelios! Entonces, ¿cómo medir este nivel de presión sonora para reducirlo a un nivel de intensidad más saludable?
Medir el nivel sonoro en casa es sencillo. Para obtener datos sobre el nivel de intensidad de la fuente sonora, utilice un dispositivo de medición de sonido, como un sonómetro o una estación meteorológica.
En función de la intensidad del sonido, averiguará cuál es nivel sonoro en su hogar, en decibelios (dB). Una vez que conozca esta medida, podrá realizar acciones encaminadas a llevar e ruido ambiental al nivel recomendable. Por ejemplo, cambiando o moviendo de sitio los aparatos, invirtiendo en la instalación de pantallas fónicas, etc.
Para medir el nivel de sonido en su hogar, la Estación Meteorológica Inteligente Netatmo le proporciona toda la información que necesita utilizando sus sensores. Con un rango de medición de 35 a 120 decibeles, la estación, a través de una aplicación, le envía datos sobre el ruido, la calidad del aire o la humedad en el interior de su hogar.
No hay nada más eficaz para medir el sonido en su hogar que un sonómetro, el dispositivo de referencia para la medición acústica. Al igual que otros dispositivos similares, a través de un micrófono captura datos sobre el nivel sonoro en el interior de la vivienda y entrega información clara y detallada (en decibelios) sobre el ruido ambiental.
El sonómetro y dispositivos similares, como, por ejemplo, una estación meteorológica adaptada, transforman la presión sonora del ruido en una señal eléctrica filtrada a lo largo de una curva estándar. Esto entonces permite representarlo por un valor: el número de decibelios.
El sonómetro, el decibelímetro, el exposímetro, el dosímetro de ruido y otros dispositivos de medición del sonido, usados tanto por profesionales como por particulares, se suelen utilizar en 3 casos específicos:
Con precios que van desde los 20 a los 100 € como promedio (aunque algunos son más económicos y otros superan los 1000 €), los medidores de sonido suelen ser asequibles para todos los bolsillos. Hay versiones electrónicas con pantallas LCD, aunque, por lo general, los modelos básicos son suficientes y bastante precisos.
¿Piensa que el nivel de ruido en su casa es demasiado alto? ¿Le molesta la contaminación acústica y le gustaría hacer algo para medirla y combatirla? Medir el nivel de ruido es el primer paso para intentar alcanzar el nivel de sonido ideal en la vivienda. ¡Solo ha de tener el dispositivo adecuado y hacer las mediciones!