¿Con qué frecuencia hay que hacer limpieza?

La importancia de limpiar todas las habitaciones de tu vivienda

Para tener un hogar limpio y saludable, no hay más remedio que armarse regularmente con el cubo de agua, fregona, estropajo y bayeta. A no ser, que tengamos un Plan B: contratar una empleada de hogar o llamar a empresas de limpieza especializadas en este tipo de trabajo doméstico.

Sin duda, estamos más que habituados a lavar la ropa, los platos y aspirar las alfombras. Pero lo que seguramente no tengamos tan claro es la frecuencia con la que hacer una limpieza profunda y completa de la casa (pisos, techos, paredes, polvo, etc.).

Combatir la contaminación interior: el reto diario

Ya sabemos que el aire interior de la casa está de 5 a 10 veces más contaminado que el aire exterior. Esto es una barbaridad, especialmente teniendo en cuenta que pasamos del 80 al 90% del tiempo en espacios interiores y que también el aire exterior ya está muy contaminado e incluso puede ser peligroso.

Hacer una limpieza eficaz en los espacios comunes, dormitorios, baños y rincones ocultos de la cocina, incluyendo el suelo ayuda a luchar contra la contaminación interior.

La calidad del aire interior es un tema cada vez más presente en los medios de comunicación, y con motivo. Nuestra salud está en juego, pero es fácil mejorarla tomando a diario medidas efectivas: evitar los productos nocivos, limitar el uso de combustibles como el incienso o las velas perfumadas, airear varios minutos por la mañana y por la noche, ventilar constantemente… ¡y asegurarse una limpieza completa a fondo!

Algunos equipos de medición como los sensores de contaminación o las estaciones meteorológicas permiten analizar la calidad del aire dentro de la casa. El análisis de este nivel de calidad permite realizar acciones correctoras como, por ejemplo, optar por una limpieza más regular y completa.

¿Cuál es el riesgo en caso de descuidar la limpieza en el entorno doméstico?

Una casa en la que la limpieza se realiza con poca frecuencia puede ser fuente de alergias, problemas respiratorios, rinitis, asma o irritaciones de garganta. El polvo y la suciedad (aunque no haya manchas) tienen efectos tóxicos en la salud. Esto ha sido comprobado por numerosos estudios.

Por lo tanto, lo mejor es deshacerse del polvo y la suciedad con la mayor frecuencia posible para evitar que la acumulación de esta contaminación cree un clima insalubre dentro del hogar.

Por otro parte, ¡la limpieza y cuidado del hogar no produce una alergia física que impida realizar las tareas! Así que hay que sacar el cepillo, el aspirador y la fregona. Armarnos de un buen estropajo y bayeta y declarar la guerra contra la suciedad y el polvo. Haciéndolo a diario, solo nos llevará unos minutos al día … si somos constante ¡y no vivimos en una casa de 500 metros cuadrados!

En el hogar, la limpieza, el planchado, y el orden debería ser un hábito para toda la familia. Porque una cosa es cierta: el resultado merece la pena … y, además, ¡nadie se ha muerto por hacer la limpieza! En caso de incompatibilidad entre trabajo y limpieza del hogar, siempre se puede recurrir a una empresa de empleo doméstico para realizar las tareas.

¿Cuándo hacer las tareas del hogar?

En primer lugar, es importante no esperar hasta ver manchas amarillas en la ropa, o polvo y suciedad el suelo, antes de poner en marcha la lavadora o pasar la fregona.
Según los especialistas, se recomienda aspirar todas las habitaciones de la casa al menos una vez a la semana. Eso ya estaría bien, aunque en ciertas habitaciones, el salón o la cocina, es mejor hacerlo dos veces por semana. ¡Y no solo, pasar el aspirador!

Fregar o limpiar el suelo, es fundamental para eliminar los gérmenes adheridos en los zapatos, calcetines y pies (entre otros). En suelos aptos para lavar con agua, no hay nada como pasar la fregona cada semana por toda la casa (y no solo en las habitaciones y zonas comunes).

¿Y las moquetas? ¡Aspirarla todas las semanas y lavarla con un detergente específico todos los años es suficiente para mantenerla razonablemente limpia!

Por lo que respecta a las paredes y techos, hay que empezar por quitar el polvo con un trapo antes de pasar la aspiradora y usar un palo telescópico para llegar a los rincones altos. El lavado completo de paredes y techos se puede realizar una vez al año, a menos que tengamos hijos pequeños, en cuyo caso, tendremos que lavarlas más a menudo. Además, no olvide limpiar los picaportes de las puertas y ventanas una vez al mes.

La casa merece un mantenimiento adecuado, sobre todo porque, mientras más limpia esté, ¡más se beneficiará nuestra salud! Por tanto, debemos usar los productos de limpieza a menudo, si es posible eligiendo productos respetuosos con el medio ambiente. En caso de no disponer del tiempo suficiente, siempre podremos recurrir a profesionales de la limpieza (que también se pueden ocupar del cuidado de los niños) para disfrutar de un hogar limpio y saludable.

No hemos mencionado la limpieza y mantenimiento de los elementos “secundarios” de la casa, como la basura, el frigorífico, las sábanas, las alfombras o las almohadas. Debemos procurar que todos estos elementos estén limpios y lavarlos al menos una vez al mes o, cada 2 semanas si es posible. En el caso de almohadas, sábanas y toallas, lo ideal es eliminar las manchas amarillas, provocadas por el sudor o la humedad, y cambiarlas una vez a la semana. Los fregaderos de la cocina y el baño también deben limpiarse todos los días.

IMPORTANTE: ¡Limpiar el ordenador, la tablet y el teléfono móvil una vez al mes es muy útil para deshacerse de todas las bacterias que proliferan en ellos constantemente! Esta acción es muy necesaria, aunque, desafortunadamente, poco respetada … y la pantalla del teléfono siempre suele estar más sucia que el espejo del baño.

La limpieza del hogar, la limpieza de las oficinas o la limpieza de pisos no es una mera formalidad. La limpieza no solo ayuda a que las cosas duren más años en buenas condiciones. También es una forma eficaz de evitar la contaminación interior, respirar aire sano y hacer del hogar un lugar agradable para vivir. La limpieza no debería ser nuestra peor enemiga, especialmente ahora que conocemos todas las ventajas que nos aporta. ¡Es hora de cambiar el chip, y convertir la limpieza en algo divertido (dentro de lo posible…)!