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Vamos a empezar por el principio: ¿cómo funciona un extintor? Un extintor es un aparato de seguridad contra incendios que se utiliza para sofocar las llamas y apagar los fuegos que ya estén declarados. Los extintores vendidos en España están sometidos a la normativa europea en materia de seguridad contra incendios.
Todos los modelos de extintores funcionan del mismo modo: los envases tienen en su interior un producto a presión, que puede ser polvo químico, espuma, agua, etc. Al pulverizarlo sobre el fuego, accionando un mecanismo (parecido al de las mangueras de riego), el producto va directo a las llamas con la mayor fuerza y precisión posibles. Por ese motivo los extintores tienen un aspecto similar al de las bombonas de gas a fin de facilitar su uso y optimizar su efectividad. Su capacidad se expresa en función de los litros de producto almacenados.
Hace tiempo existían extintores de tipo E, capaces de sofocar incendios de origen eléctrico. Antes de comprar su extintor, compruebe si el modelo que ha elegido para su hogar dispone de esta opción. Hay que tener en cuenta que muchos de los incendios domésticos están originados por aparatos eléctricos, instalaciones defectuosas, etc.
Existen 4 grandes grupos o categorías de extintores: A, B, C, y D. Cada una de estos diferentes tipos de extintores está pensado para un tipo de incendio (según el tipo de combustible que haya originado el fuego). Los extintores más polivalentes son los que sirven para extinguir fuegos de tipo A, B, y C. De ahí que este tipo de extintor también se conozca popularmente como extintor de polvo abc.
Están pensados para la extinción de fuegos provocados por material seco, por ejemplo, papel, cartón y, sobre todo, madera.
Son los que están dirigidos a la extinción de fuegos de tipo graso, entre los que se encuentra el combustible líquido como el aceite, alcohol o la gasolina.
Este tipo de extintores son aptos para fuegos provocados por sustancias gaseosas como el butano, propano o gas natural.
Para extinguir los fuegos originados por los metales combustibles, equipos eléctricos, etc. Son los llamados fuegos de origen metálico o fuegos eléctricos. Suelen utilizarse sobre todo en entornos industriales o profesionales.
Estos aparatos son diferentes según el agente extintor que utilicen.
El tipo de polvo que se utiliza es un agente químico especialmente concebido para sofocar fuegos. Los extintores de polvo solo los más eficaces para apagar fuegos de tipo A, B y C. Por ese motivo, los llamados extintores abc, con polvo químico seco, suelen ser los más aptos contra los fuegos de viviendas o negocios.
Agua
En este caso, el agente extintor es el agua. El agua que sale a presión va mezclada con un aditivo químico, especialmente concebido para sofocar incendios. Los extintores de agua son eficaces únicamente para tratar incendios de tipo A y B.
Este extintor funciona por secamiento del aire ambiental. Como los incendios se alimentan del oxígeno del aire, el gas del extintor contribuye a disminuir la cantidad de oxígeno presente en el aire, insuflando otro gas como el dióxido de carbono. Está recomendado para sofocar los fuegos de tipo B, así como para preservar las instalaciones eléctricas.
Extintores de espuma
Este tipo de extintor se parece a los extintores de agua, por su composición, aunque la mezcla que sale del envase a presión es una especie de espuma espesa. La espuma pulverizada por estos extintores es particularmente eficaz contra los fuegos de tipo A.
Instalar los extintores en el lugar correcto es fundamental. No solo para apagar el fuego lo antes posible sino para reducir al mínimo sus consecuencias dañinas. En general, el lugar de colocación más adecuado dependerá en buena parte de las características de la casa. Los puntos más "estratégicos" son los siguientes:
Evidentemente, el contenido de los extintores no es tóxico en ningún caso. Pero debido a la presencia de sustancias químicas, puede ser irritante para niños, alérgicos o mayores.
Para garantizar el buen funcionamiento del extintor se debe verificar regularmente su buen estado: comprobar la fecha de caducidad y seguir las recomendaciones y pausas de mantenimiento de los fabricantes.
A pesar del riesgo real de sufrir un incendio doméstico, en España aún no es obligatorio por ley el uso de extintores. Sin embargo, el sentido común nos dice que tener uno o varios de estos elementos en casa no solo puede salvar nuestros bienes y objetos de valor sino también nuestra vida.
Y un último apunte: a la hora de contratar el seguro de hogar, es esencial incluir la protección contra incendios. A la hora de establecer las indemnizaciones, las aseguradoras tienen en cuenta la existencia o ausencia de extintores en la vivienda, o de otros objetos de seguridad y protección: detectores de humo inteligentes, equipos de video-vigilancia, etc.