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El sistema de calefacción eléctrica puede ser de dos tipos: directa o indirecta. Ambos sistemas son muy diferentes. En el caso de la calefacción eléctrica directa, el aparato explota directamente la electricidad para calentar la pieza. Hablamos de un sistema de calefacción eléctrica auxiliar. En el segundo caso, la calefacción indirecta se obtiene de bombas de calor que utilizan electricidad para producir agua caliente que circula a través del sistema de calefacción central.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en nuestro país, podemos encontrar al menos un radiador eléctrico directo en la inmensa mayoría de hogares. El motivo de esta aceptación es el siguiente: una de las mayores ventajas de la calefacción eléctrica es que ofrece un excelente confort ya que proporciona un calor rápido y una temperatura que se reparte de forma homogénea por toda la estancia.
Existen diferentes tipos de emisores térmicos en forma de radiadores eléctricos y fundamentalmente se diferencian por su forma de colocación: pueden estar en posición horizontal, vertical, sobre el suelo o sobre un soporte. Los modelos de radiadores eléctricos también varían, y pueden ser los siguientes: convector eléctrico, radiador eléctrico, radiante o por radiación, toalleros eléctricos, radiador eléctrico de inercia o piso calefactado eléctrico. También sus precios serán muy diferentes en función de su potencia: desde unos 20 € para un radiador eléctrico convector de gama baja, hasta más de 1.000 € para un calefactor eléctrico de inercia.
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La calefacción eléctrica en forma de convector se sirve de su resistencia eléctrica para generar el calor y así aumentar la temperatura de la estancia. El aire caliente sube, el aire frío desciende y se recalienta y este movimiento difunde el calor a través por medio del sistema de convención.
Este tipo de calefacción central auxiliar, hace que la temperatura suba con gran rapidez, aunque solo ofrece una débil inercia. Por tanto, este tipo de calefacción se debe utilizar solamente cuando las personas se encuentren en el interior de la estancia a fin de evitar la pérdida de energía térmica.
3 consejos para utilizar de forma adecuada un convector eléctrico como calefacción auxiliar:
En este tipo de calefacción eléctrica los rayos infrarrojos (IR) producen calor y estimulan la sensación de energía solar en la pieza. El calor se difunde principalmente por radiación, pero también por convención: toda la estancia, los materiales y las personas presentes reciben el calor y se calientan de forma simultánea. Por tanto, el confort que se siente es muy agradable gracias a la temperatura, suave y confortable.
Los radiadores eléctricos radiantes calientan de forma rápida y eficaz. Sin embargo, estos emisores de calor solo disponen de una débil inercia. Una vez apagado el termostato, dejan de emitir cualquier tipo de calor en la estancia.
Este tipo de aparatos de calefacción eléctrica, los seca toallas o toalleros eléctricos, se encuentran en el cuarto de baño. Se trata de una solución muy práctica que consiste en un radiador en el que una o varias resistencias atraviesan un material sólido o fluido, en el caso de los radiadores de aceite o agua. Esto permite que el calor se difunda por toda la pieza. Gracias a este sistema, se obtiene un calor agradable y confortable ya que la temperatura aumenta de forma homogénea. El toallero eléctrico dispone de unas barras horizontales en las que se pueden colgar las toallas mojadas para secarlas o calentarlas.
La última variante de los radiadores eléctricos es también la más eficiente e interesante. Este tipo de calefactor eléctrico por inercia es un calefactor de apoyo, que, como su nombre indica, ofrece una gran inercia que permite calentar la pieza de la forma más eficaz: emitiendo calor para aumentar la temperatura, incluso cuando no esté encendido, algo raro en el caso de un radiador eléctrico.
De todos modos, para que sea realmente eficiente, tiene que ir asociado a un excelente aislamiento de los muros y techos. Estas son algunas de las principales ventajas de estos emisores térmicos:
La calefacción eléctrica de inercia funciona por radiación de calor y es de muy fácil instalación. El calor se difunde a través de un fluido que está contenido en el interior de los radiadores, o bien a través de la forja, cerámica, piedra, aluminio o cualquier otro tipo de material con el que estén fabricados.
Como hemos visto, existen muchos tipos de radiadores de calefacción eléctrica de inercia, con materiales diferentes, variedad de funciones, y un cierto nivel de potencia: radiadores en bloque de hierro fundido, radiador fluido termo-conductor, radiador de calor suave, etc.
Sin duda, uno de los sistemas de calefacción eléctrica que ofrece un mayor confort es el suelo calefactado eléctrico. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en este tipo de emisor térmico, la difusión del calor es menos rápida e inmediata que en la mayoría de radiadores eléctricos. Efectivamente, existe un cierto tiempo de desfase entre el momento en el que se lanza el calor y el momento en el que la temperatura interior de la estancia empieza a subir.
Sin embargo, la inercia del suelo calefactado eléctrico es muy importante, mucho más que la de un radiador eléctrico de inercia, lo que contribuye aún más al confort que se consigue.
Ahora que conocemos los diferentes tipos de radiadores eléctricos, llega el momento de elegir antes de instalar la calefacción eléctrica en nuestra vivienda. Antes de tomar la decisión, conviene tener en cuenta los siguientes factores:
La calefacción eléctrica es tendencia, principalmente como calefacción auxiliar. Por tanto, es importante elegir el modelo que mejor se adapte a nuestras necesidades (tipo de radiador, modelo, tamaño, con mando a distancia, etc.) No hay que olvidar que, aunque la inversión inicial al comprar el radiador es asequible, el precio de la electricidad es bastante elevado. En realidad, ¡es la energía más cara de todas! Sin embargo, si optamos por instalar radiadores eléctricos de inercia de última generación, con acumuladores de calor, con 3 niveles de potencia, o nos acogemos a la tarifa de discriminación horaria, el consumo será más reducido.